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Tres generaciones celebraron los 30 años de Nodo TAU

Desde hace 30 años la asociación civil Nodo TAU trabaja por acercar las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a las organizaciones sociales y los sectores populares. Y lo hace tejiendo una trama de vínculos con otras organizaciones, siempre con los pies en la tierra, las manos en las herramientas digitales y el alma en la inclusión de los grupos más vulnerables. 

La celebración de este aniversario brindó la oportunidad del reencuentro de las tres generaciones que vieron e hicieron crecer a Nodo TAU. El festejo se realizó en el Centro Pichincha del Sindicato de Prensa de Rosario, un espacio que también fue testigo de la historia de Nodo TAU. Las reflexiones compartidas en este encuentro dan cuenta de la trayectoria del pasado y los sueños para el futuro que fortalecen a una organización que siguió y sigue funcionando a pleno pulmón incluso en los contextos más difíciles. 

Los primeros pasos: tecnologías y luchas sociales

Fue en 1995 que un grupo de profesionales, de la ingeniería, la informática y la educación, tuvieron la visión de aportar a las luchas que el tejido social organizado de Rosario ya venía dando, acercándoles un recurso que por aquellos días era toda una novedad: las tecnologías digitales y el acceso a internet. Desde su militancia social en comunidades de base de barrios populares, este grupo colaboró con organizaciones que venían trabajando por los derechos humanos, las causas de memoria y justicia, las luchas de las mujeres, el cuidado del medio ambiente, los derechos de la infancia, el acceso al trabajo, la cultura, la educación, la salud y la vivienda, entre otros. 

Además de colaborar con el acceso a la tecnología, sumaron la causa de bregar por ese acceso también como un derecho. Desde sus orígenes la iniciativa se fundamentó en dos certezas: que la falta de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación acentúa otros procesos de exclusión; y que el acceso a estas tecnologías es un recurso que colabora con el logro de los objetivos de las organizaciones. El vínculo con organizaciones internacionales también fue un aporte que habilitó la tecnología a las organizaciones sociales; también a Nodo TAU que por esos primeros años se sumaba a la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC).

“Destaco al grupo humano que recorrió la organización todos estos años, continuando esta forma de ser, de hermandad, y de pensar en un mundo mejor. El Nodo nació para ofrecer la comunicación a todas las personas, personas que hoy tienen un celular en la mano y que en ese momento no lo tenían. Ese fue el inicio. Pero siempre el objetivo fue y sigue siendo tener un mundo mejor. Eso sigue y va a seguir estando. Damián Vazquez, socio fundador de Nodo TAU.

Espacios que marcaron momentos de la historia

La historia de Nodo TAU se puede recorrer también a través de los espacios que habitó. Desde una pequeña oficina en la empresa de uno de los socios fundadores, la organización gestó sus primeros proyectos: el servidor comunitario, para alojar cuentas de correo y páginas web de las organizaciones; un banco de máquinas que recibía donaciones de equipos a reparar para equipar espacios de uso comunitario, y el Programa enREDando, hito que aún estructura los tres grandes ejes de trabajo del Nodo. Estos ejes son el acceso a la tecnología en la red de Telecentros Comunitarios gestionados por las propias organizaciones, la capacitación en el uso de las herramientas digitales y la comunicación de las actividades de las organizaciones a través del Boletín enREDando.

“Una computadora en el barrio, llevada a la vida diaria, para a pedir un turno en Anses. Eso era algo totalmente nuevo y era además llevado como una herramienta para transformar la realidad de los sectores vulnerables. El Nodo traía el acceso a la tecnología para conectarnos, para construir algo nuevo, promoviendo la solidaridad y la igualdad de oportunidades en un mundo que se estaba digitalizando.” Emma Fernández Peña, capacitadora en el barrio Qom de comunidades originarias.

Grupo de personsa posando frente a una casa con ventanas con rejas y una puerta abierta. Un cartel sobre la puerta y ventana informa Telecentro Libre Nodo TAU.

La casa compartida con otras organizaciones y sede del Telecentro Libre.

La organización creció y el movimiento llevó a Nodo TAU a concretar otro proyecto añorado: compartir la casa con otros y convertirla en un espacio de encuentro y articulación. Y así fue. Compartieron por años una casona con la Federación Argentina de Radios Comunitarias (FARCO), el Instituto de Género y Desarrollo (Insgenar), la Cooperativa La Masa y el Grupo Obispo Angelelli (GOA). Esta casa alojó nuevos desafíos como la creación del Telecentro Libre, con financiamiento de UNESCO y funcionamiento con software libre. 

Image retirée.“El Nodo fue pionero en acercar las tecnologías de la información y la comunicación a las organizaciones sociales. Se creó cuando internet era inaccesible. Generó la posibilidad de que la gente y las organizaciones puedan tener acceso y se encargó también de la formación de las personas para que puedan usar esas tecnologías. El Telecentro Libre ofreció la capacitación en estas herramientas a las organizaciones sociales y a los vecinos del barrio.” María Victoria Escobar, coordinadora del Telecentro Libre.

De la falta de acceso al exceso: lo ambiental y la inclusión laboral

También fue en la casa compartida que Nodo TAU comenzó a experimentar otra cara de estas tecnologías. Los equipos recibidos en donaciones comenzaron a acumularse, y muchos eran irrecuperables. Se abría así un nuevo campo, nuevos problemas sociales y también ambientales, y nuevos desafíos, como la capacitación en reparación de esos equipos y el tratamiento de los residuos que generaban los equipos que ya no se podían reparar. Esos fueron los primeros pasos hacia la Planta de Gestión de Residuos Informáticos. De la falta de acceso a la tecnología al exceso de computadoras en desuso, Nodo TAU encontró allí, junto a otros actores sociales, otro proyecto de inclusión.

“Es una herramienta que sirvió para cambiarle la vida a muchas personas. La Planta de Reciclado le dio un horizonte a la vida de muchos chicos, les permitió pensarse en un futuro y desde ese lugar construir sus familias y realizarse en algo hermoso. La Planta es un hijo que parió Nodo TAU.” Joel Arnold, colaborador de la Planta y de la Cooperativa TAU.

Grupo de jóvenes todos con la misma vestimenta, con el logo TAU, en un ambiente con equipos informáticos empaquetados

Jóvenes de la Cooperativa TAU hoy a cargo de la Planta de Gestión de Residuos lnformáticos.

Hoy la Planta es una realidad que se logró con el tesón puesto en este proyecto, con la certeza de su potencial. Hoy es gestionada por una cooperativa conformada por los jóvenes de barrios populares que dieron allí sus primeros pasos en el mundo laboral local, de difícil acceso a oportunidades de inserción y crecimiento. Con apoyo del programa Nueva Oportunidad de inclusión socio-laboral de jóvenes, el proyecto se fortaleció en otras articulaciones con la Secretaría de Ambiente del gobierno nacional, con la Organización Internacional del Trabajo, con universidades locales públicas y privadas, con organiziciones de otros países como Pangea, miembro de APC en España, entre otras instituciones y empresas. 

“El Nodo fue una puerta grande que se nos abrió. Aprendí mucho más con la gente del Nodo de lo que aprendí en la Facultad. Esta gente te enseña y no se guarda nada. Eso se aprecia mucho, junto con el apoyo que te dan día a día. Siempre están para lo que necesitamos.” Elías Rodríguez, presidente de la Cooperativa TAU.

La educación popular como metodología y la comunicación como herramienta

En paralelo al crecimiento de la Planta, Nodo TAU siguió apostando a proyectos de capacitación y comunicación. Como el proyecto Territorios Digitales de capacitación en los barrios, Urdimbre digital con grupos de mujeres en la pandemia, el Curso de Ambiente y TICs desarrollado junto con Colnodo, miembro de APC de Colombia, y el proyecto ANERA, realizado en conjunto con la organización Altermundi, también miembro de APC en Argentina, para fortalecer al movimiento local de redes comunitarias, entre otros. Siempre desde una mirada crítica de la tecnología, apostando a la apropiación social por parte de las organizaciones, y contando con la educación popular como la metodología que favorece estos procesos, y fortalece a quienes lo están transitando.

Grupo de personas alrededor de uan mesa con una computadora en una sala decorada con carteles coloridos y banderines

Taller de informática en las Comunidades Digitales.

Hoy el trabajo de Nodo TAU se potencia en el Programa Comunidades Digitales que creó más de 60 espacios de acceso comunitario y sigue en crecimiento. Junto con el Polo Tecnológico de Rosario y el Programa Nueva Oportunidad, Nodo TAU equipa los espacios comunitarios con máquinas recuperadas en la Planta y acompaña instancias de capacitación para las organizaciones.

“Nodo TAU hace un trabajo comunitario. Se encarga de que todas las comunidades tengan sus equipos, sus compus y lo hace generando un vínculo con ellas. Hay una plataforma en la que gente informa que se rompió el mouse, no funciona el teclado, la compu no anda. Y alguien se hace cargo de eso. No es solo dar una computadora como una caridad. Nunca había visto una cosa así. Me parece algo único en su especie". Carolina Sosa, tallerista en alfabetización, ciudadanía y seguridad digital a organizaciones sociales.

Mirando el pasado, fortaleciendo el presente, proyectando el futuro

Con el registro de su historia, compartiendo lo que se está haciendo en estos días, Nodo TAU también proyecta su futuro. La Planta es un proyecto en franco crecimiento, organizando por estos días una mudanza a un local que duplica el espacio. Con nuevos proyectos en la mira, con necesidades urgentes, deseos y sueños. 

30 años han pasado, los contextos han cambiado pero la visión de aquellos inicios persiste en una misma misión: incluir y transformar. Hoy llevadas adelante por nuevas personas, que dan continuidad a un proyecto que hace de la solidaridad, la inclusión sus banderas, para lograr un mundo en el que todas las personas accedan a los recursos que les permitan el ejercicio pleno de todos sus derechos.

“Ver que pasaron tantos años y que todavía están vigentes como asociación es algo que sorprende y emociona. Vemos cómo ayudan a las comunidades, como logran tantos vínculos, como abren oportunidades a mucha gente. Cada día aprendo de la Cooperativa y aprendo de Nodo TAU. Cristian Salazar, del área de desarme de la Cooperativa TAU

"Celebro esa búsqueda de transformación de la realidad que nos llevó a arrancar la experiencia. Celebro a quienes se sumaron en el camino para que el Nodo creciera y se desarrollara con creatividad, con rebeldía, con innovación. Celebro a APC que nos cobijó y nos abrió puertas, que nos hizo conocer personas maravillosas esparcidas por el mundo pero conectadas. Celebro también, porque no, la ingenuidad de creer que íbamos a construir un mundo más democrático utilizando tecnología. Celebro que hoy el Nodo celebre." Danilo Lujambio, fundador de Nodo TAU.

Florencia Roveri forma parte de Nodo TAU desde 2003. En esto años fue parte del equipo a cargo del Boletín enREDando, participó del desarrollo de los informes de Argentina para las ediciones del Global Information Society Watch (GISWatch), colaboró en la coordinación de talleres de capacitación en herramientas de comunicación popular y derechos digitales y en la elaboración de proyectos. Es Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Rosario y actualmente se desempeña como asociada de comunicación de LocNet en el equipo de Comunicación de APC.